jueves, 7 de mayo de 2015

El Panteón Nórdico [Trasfondo]


Todo nórdico sabe que su vida está en manos de tres voluntades: la suya propia, la del inevitable destino y la de los terribles dioses. Su voluntad elige el camino, los hados su destino y las deidades el favor de llegar hasta éste con honor.

Para el pueblo nórdico religión y tradición se funden en uno, de manera que es francamente difícil distinguir al hombre devoto del meramente ortodoxo. La influencia de lo divino lo impregna todo, desde frases y costumbres hasta los elaborados rituales que celebran la vida o la muerte.


“Fjöreinn” o “El que viaja solo”

Ingdïr
Conocido como “El Sembrador” o “El Leñador”. Ingdïr no posee una representación plástica, ni es adorado del mismo modo que el resto de los dioses. Ingdïr es un dios solitario y misterioso cuya aparición se limita únicamente a dos momentos claves en la historia: el Fyrstrnatt, o el Primer Ocaso, y el Minstrmorginn, o el Último Amanecer.

“Asforn” o “Antiguos dioses”

Los Asforn son considerados los dioses más importantes del panteón nórdico y así como el origen de todos los demás miembros del mismo. Cada uno de ellos juega un papel importante en el equilibrio de poder que hay entre Leafgard, la Tierra de los Inmortales, Loggard, la Tierra de los Vivos, y Rootgard, la Tierra de los Muertos.

Iodurr
También conocido como “el Radiante”, custodia la entrada que conduce al reino celestial. Su ámbito de poder abarca los cielos, el sol, las aves, los viajes y la aurora. Su espíritu guardián es el águila majestuosa.

Olfossa
También conocida como “la Errante”, custodia la frontera que separa la tierra de los vivos y de los difuntos. Su ámbito de poder abarca los mares, los drakkar, la luna, las tormentas y el luto. Su espíritu guardián es la serpiente marina.

Drassil
También conocida como “la Vigilante”, observa con diligencia el devenir de hombres y mujeres de toda clase y condición. Su ámbito de poder abarca los árboles, el verano, la justicia, los espíritus y el amor romántico. Su espíritu guardián es el roble centenario.

“Asnir” o “Nuevos dioses”

Los Asnir se cuentan por cientos, cada uno de ellos como patrón y señor de su ámbito, pero solo una pequeña parte de ellos es adorada de manera constante por los habitantes de las tierras de Nord. Venerados en conjunto, sus nombres salen a relucir tan sólo en frases hechas y determinados rituales sagrados que se recitan una vez al año.

Daudr
También conocido como “el Bromista”. Su ámbito de poder abarca la muerte en todas sus formas, el engaño, el invierno, las bromas y la traición. Su espíritu guardián es el lobo solitario.

Aldinn
También conocido como “el Sabio”. Su ámbito de poder abarca las montañas, la memoria, el clan, las sagas y la muerte por vejez. Su espíritu guardián es el oso durmiente.

Dyr
También conocido como “el Incansable”. Su ámbito de poder abarca los animales, la caza, la fama duradera, la juventud y la camaradería. Su espíritu guardián es el tigre de la montaña.

Mjodr
También conocido como “el Paciente”. Su ámbito de poder abarca los rebaños, los ríos, la cosecha, el oro y la hidromiel. Su espíritu guardián es el gran mastodonte.

Soeri
También conocida como “la Silenciosa”. Su ámbito de poder abarca los juramentos, el destino, las visiones, el honor y la esperanza. Su espíritu guardián es el ciervo esquivo.

Flotnar
También conocido como “el Rencoroso”. Su ámbito de poder abarca la guerra, el saqueo, la virilidad, la venganza y la muerte en combate. Su espíritu guardián es el corcel de batalla.

Galti
También conocido como “el Iracundo”. Su ámbito de poder abarca la forja, la plata, los duelos, el comercio y las asambleas. Su espíritu guardián es el jabalí furioso.

Maer
También conocida como “la Hacendosa”. Su ámbito de poder abarca la familia, el hogar, el nacimiento, la siembra y el matrimonio. Su espíritu guardián es la laboriosa ardilla.

Ividia
También conocida como “la Llorona”. Su ámbito de poder abarca todo aquello tocado por la magia, desde objetos hechizados hasta espíritus malévolos. Su espíritu guardián es el cuervo ladrón.

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